La noche de San Juan en Barcelona
En la velada del 23 de junio, conmemoramos la vibrante verbena de San Juan, rodeados de hogueras y destellos pirotécnicos.
Esta ancestral tradición, originalmente pagana, fue abrazada por la iglesia católica, al igual que sucedió con las festividades de Walpurgis y la noche de los muertos (nuestra "castanyada" y la ineludible "Halloween").
De las tres festividades, Walpurgis fue la más relevante. Al menos, durante un tiempo. No obstante, fue desbancada por la noche de los muertos (bautizada como el día de Todos los Santos) y San Juan.
En la actualidad, la noche de Walpurgis yace en el olvido para muchos salvo para los amantes del ballet, por el divertimento Noche de Walpurgis, del 5 acto de la famosa ópera Fausto de Charles Gounod.
En su recreación, el divertimento Noche de Walpurgis, creado originalmente para el Teatro Bolshói de Moscú por Leonid Lavrovski de 1941, nos sumerge en la desenfrenada Bacanal de Mefistófeles, fusionando la insuperable técnica clásica con un toque de sensualidad y mucho paganismo.
Prima Ballerina PLISETSKAYA Walpurgis Night. Russian Bolshoi Ballet, 1970.Volviendo a nuestro tema, la noche del 30 de abril era el momento en que las brujas celebraban con gran entusiasmo la llegada de la primavera, uniéndose en aquelarres mientras el perfume dulce de las flores llenaba el aire. Sin embargo, el 31 de octubre, toda veneración se dirigía hacia los muertos y la preparación para el invierno.
Durante la festividad de Walpurgis, las brujas encendían las hogueras más ardientes, danzando con exuberancia en honor al fuego purificador que anunciaba la fertilidad. Esta danza también se repetía la noche del 23 de junio, en la celebración del solsticio de verano, cuando el sol se encontraba en su punto más alto, tiñendo el cielo de eterna luminosidad.
Hay un proverbio catalán que dice que aquel que enciende el fuego en San Juan no se quema en todo el año, y la tradición dicta que hay que saltar sobre la hoguera para atraer buenos augurios.
Estos rituales y leyendas envuelven la noche mágica que se celebra en cada rincón de Barcelona, deshaciéndose de las energías negativas mientras da comienzo el verano.
La tradición cristiana ha hecho que celebremos el solsticio de verano dos días después, para coincidir con el nacimiento de San Juan Bautista. En sus inicios, era una festividad en honor al Sol que buscaba fortalecer al astro con la luz de las hogueras y los fuegos artificiales, ya que desde el 24 de junio los días se acortan cada vez más.
Esta celebración cuenta con elementos muy distintivos, como el fuego purificador, los baños de medianoche y algunos rituales mágicos para alejar a los espíritus malévolos.